Ya los cubanos podemos hacer turismo. Meliá Santiago de Cuba

Meliá Santiago de Cuba

Llegando al hotel Meliá Santiago de Cuba verás un clásico teórico 5 estrellas, situado en una avenida llamada Avd. de las Américas, muy cerca del "Teatro de Heredia", de la casa de los deportes y del Monumento a Ernesto "Che" Guevara, su diseñó externo, parece una gran mole de metal y hormigón armado que se asemeja a un gigante central azucaro, que sin temor grita a sus visitantes la confusión que siente por encontrarse tan fuera de lugar, rompiendo con el contraste de su olvidada ciudad.

Ya en el lobby, te recibe una música agradable, y un personal muy simpático que nos hicieron los tramites requeridos para poder irnos a descansar de nuestro viaje.
Mi novio que es extranjero  (me refiero a esto porque si fuera cubano difícilmente podríamos hacer turismo en Cuba). Él reservo una Junior Suit Superior, que tenía aire acondicionado, caja de seguridad, camas dobles, control de temperatura, mesa y sillas para desayuno, un minibar, escasamente surtido, enchufe de corriente, etc.
Cuando por curiosidad quise ver los programas que habían en la tele:  no funcionaba! llamamos para que nos la cambiaran, pero no tenían otra para reponerla, por lo que decidieron mudarnos a una nueva habitación, en esta solamente el secador de cabellos estaba roto y no la habían limpiado muy bien, pero en cambio la vista nocturna era inmejorable.
A la hora de dormir con un poco de paciencia, buena voluntad y el cansancio acumulado por el desandar del día, no fue dificultad adaptamos y poder dormir, olvidando el ruido de nuestros vecinos, que parecía que compartían nuestro mismo cuarto, no había que ser especialista para saber que el uso de materiales absorbentes y materiales aislantes allí existieron en muy pocas dosis, pues la acústica era insoportable, y eso que yo soy Cubana.

El hotel es grande, y algo que me gusto mucho fue la réplica en sus interior del estilo colonial de la ciudad, las fachadas de casas coloniales están muy bien logradas, además tiene una Galería de Arte permanente de pintores santiagueros, para los apasionados de los cohibas esta la pequeña tienda El Degustador de Habanos Don Emilio, hay oficinas para el alquiler de coches, un buró de turismo, una llamada boutique y una tienda de artesanía, atención médica las 24 horas, correo, una farmacia con no muchos medicamentos, un banco que te evita hacer en otro lugar el cambio de moneda, salón de belleza, gimnasio, sala de masaje y agencia de viajes.

En uno de nuestros días en el hotel nos fuimos a dar una vuelta por las piscinas, que en verdad son preciosas, tres y entre ellas una para uso de los chicos, el área esta rodeada de jardín hay muchas tumbonas con lujosas cojines, pero un detalle, en la mañana temprano hay quienes se dedican a poner sus toallas y las de sus amigos, y con seguridad si no haces lo mismo te quedaras sin un buen puesto, sobre todo en verano, nosotros al ver el panorama decidimos, que de piscina nada! mejor seria sentarnos en la barra, donde por cierto el personal es muy amable y atento, nos acomodamos y mi novio no pudo tener mejor idea que la de tratar de beber un par de mojitos, para sorpresa suya el Mojito brillaba por su ausencia, no tenían hierbabuena..

Si decides comer en el hotel te diré que tienen un restaurante buffet llamado “La Casona” donde ofrecen comida internacional y cubana, puerco asado que es un plato tradicional servido con yuca y congrí , ensaladas, platos mexicanos, chinos, o italianos: no esta nada mal!

Los amantes de la comida italiana tienen la opción de una pizzeria que ellos dicen que es un restaurante y lo nombran La Fontana, donde el sabor de la pizza es bueno, y la preparación de las pastas y sus salsas no tienen nada que ver con el arte culinaria de Italia, si ordenas una pizza no puedes seleccionar la combinación que más te guste, sino que debes comerla exactamente como se te recomiendan en la carta, lasaña jamas te parecerán tal cosa. Cuando yo quería comer espaguetis, lo que tenían era fettuccini, si preguntaba por rigatoni solo había pennete en fin, la cosa era poder comer algo, porque donde comer en Cuba o por lo menos en Santiago de Cuba les puedo recomendar muy pocos lugares..

La Isabelica,  es otro restaurante dentro del hotel, ahí había un poco más de refinamiento, música y decoración agradable, algo como al estilo francés con un toque netamente cubano, donde puedes comer cerdo, pavo relleno, el pescado asado con salsa bechamel, cócteles de mariscos , carnes glaseadas o mechadas, panecillos, confituras de frutas acompañadas, que en cuba las comemos con queso.Es un poco mas caro que los otros restaurantes pero se come mejor.

Si quieres pasar la noche en el hotel en el mismo lobby se halla ubicado el lobby bar “Daiquirí" en el piso 15 una disco Bar llamada "Pico Real" con actividades de animación, y un mirador que te regalara la vista de gran parte de la ciudad, además hay una discoteca que ofrece buena música cubana e internacional, un ambiente acogedor, y para gustos selectos que buscan otros incentivos, pueden escoger las noches que realiza sus desfiles la Casa de Modas La Maisson, dentro de la misma disco donde dan a conocer tejidos y bordados cubanos..
Finalmente fuimos a dar un recorrido por la ciudad, el hotel se esta un poco alejado del centro, pero esto no es ningún problema pues disponen de numerosos taxis en la misma puerta, como a mi me encanta andar,  hicimos el recorrido, salir del hotel es enfrentarte a otro mundo, que te da la sensación de encontrarte en un tiempo detenido, en toda la ciudad creo que solo hay unos tres semáforos, las fachadas de las casas están pintadas de color pastel: amarillos, rosados, marrones, celestes, otras tienen años y años, sin renovar, ni oler una mano de pintura, en todas direcciones transitan coches que son hasta de mucho antes de los años 50, y despliegan una humareda negra que se te incrusta hasta en el ultimo de los pelos, al principio mi novio tenía un poco de miedo, porque yo quise que nos fuéramos caminando, él tomo la precaución de no llevar nada que llamara la atención, no cámaras, carteras,prendas. Pero el hecho de que a cualquier hora del día había gente sentadas en las aceras tomando el fresco, jugando domino o escuchando música a todo lo que da, chicos correteando por todos los lugares, te da una sensación de tranquilidad,  pero por favor nunca confiarse.